Uno de los elementos que conforma un ecosistema de Economía Circular, tiene que ver con lo que se puede hacer con el material (residuo) una vez seleccionado, reciclado y catalogado en un centro de acopio autorizado. La reutilización del material acopiado y la revalorización de estos como materia prima, se tornan esenciales para el desarrollo de este círculo virtuoso que se busca potenciar tanto desde el mundo público como el privado.
En ese aspecto, la reutilización como la revalorización tanto de la escoria de acero como de los residuos sólidos de una construcción comienzan a vislumbrarse como alternativas viables dentro del sector, en especial, en lo que respecta al reemplazo del árido como materia prima para la fabricación del hormigón.
Al ser un recurso natural no renovable, la escasez de áridos para la industria ciertamente comienza a ser un problema. “En la Región Metropolitana, el 70% de los pozos de áridos legales se encuentran agotados, están mal emplazados o ya están en etapa de cierre”, comentó Carla Salinas, asesora de proyectos de la empresa Río Claro, empresa que lleva más de una década trabajando en la revalorización de escorias derivadas de las fundiciones de acero.
A ese panorama, agregó, se añaden los cambios en los planos reguladores, lo que dificulta aún más el conseguir este recurso y que sea económicamente eficiente para las industrias del sector. “Por ejemplo, traer áridos desde una cantera ubicada al sur del país hasta la Región Metropolitana, donde se concentra el 40% del consumo de este recurso, tiene costos elevados en transporte. Finalmente, ese costo impacta al usuario final”, explicó.
Por ello, ante estas disyuntivas -además del impacto medioambiental que producen los pozos de áridos- es que la reutilización y revalorización de residuos como la escoria del acero o del hormigón endurecido en una demolición, se hacen fundamentales, en especial para la generación de un ecosistema de Economía Circular en el sector. “Todos quienes vamos a estar en este rubro -puntualizó Salinas- vamos a tener que cambiar nuestros modelos de negocios”.
Aspectos normativos y dificultades técnicas
De acuerdo a la Ley N° 20.920, llamada Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento del Reciclaje, la denominada Ley REP, se establecerán mecanismos para que, desde su origen, los productores e importadores financien una correcta gestión de los residuos generados por la comercialización de sus productos, sean estos importados o de fabricación nacional.
La Ley REP además define 7 productos prioritarios que están sujetos a metas de recolección y valorización, entre los que se encuentran neumáticos, pilas, aparatos electrónicos y eléctricos, baterías, aceites y lubricantes, envases y embalajes y diarios y revistas.
Precisamente, bajo esta ley también pueden disponerse de residuos como la escoria de acero y los residuos sólidos de la construcción (hormigón endurecido de las demoliciones). En el caso de este último, dice Carla Salinas, el plan de gestión de RCD, “la norma NCh 3562, que está activa desde 2019, es sumamente ordenada e indica cuál es el residuo sólido inerte, la posibilidad de valorizarlo y todo. Entonces, la segregación y la clasificación viene desde el origen”.
En cambio, si bien ahora todo se encuentra en proceso, el camino del árido artificial -es decir, el árido que nace del proceso de chancado de la escoria de acero- fue más complejo. “En nuestro caso -dijo la asesora de proyectos- estuvimos cerca de dos años para que tuviésemos la autorización para que nuestra planta calificara, como destinataria, para la recepción, procesamiento y comercialización de la escoria”.
Esto, pese a que existen una serie de ensayos realizados en IDIEM, en los que Río Claro aportó el árido artificial de escoria de acero sujeto a un proyecto Innova Corfo de Economía Circular, en los que se comprobó la calidad del árido artificial. Estos fueron realizados bajo norma NCh 170 y NCh 163, más otras normas auxiliares, que probaron la efectividad del árido artificial de escoria de acero.
En ese aspecto, comentó Salinas, el árido reciclado de los residuos sólidos de la construcción posee mayor empuje por parte de entidades gubernamentales, en comparación al trabajo realizado con el árido artificial. “Existe una motivación para el uso de ese tipo de áridos. Por ejemplo, por parte del Ministerio de Obras Públicas, MOP, se va a incentivar su uso en licitaciones públicas y se espera que en privadas, también”, dijo.
Sin embargo, quizás el cambio más significativo en relación los áridos artificiales o reciclados, tiene que ver con el cambio de la norma chilena NCh 163, que se refiere a los requisitos generales de áridos para morteros y hormigones, y que en su modificación, se busca incorporar precisamente a áridos no pétreos dentro de la normativa, estableciendo porcentajes de reemplazo y fijando además aspectos como granulometría específica para este tipo de áridos.
“Una vez que se apruebe esta modificación, el movimiento que se hará a nivel de todos los actores involucrados en la materia será bien rápido”, aseguró Carla Salinas. Prueba de ello es que actores de la industria ya han demostrado interés en reemplazar el árido natural con áridos reciclados o artificiales.
Un ecosistema de Economía Circular para el hormigón
Según un estudio realizado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), para el año 2025 se proyectan 7,4 millones de toneladas de residuos sólidos provenientes del mundo de la construcción y la demolición.
Esta cifra, si bien decidora en cuanto al nivel de residuos que genera el sector, para efectos del desarrollo de un ecosistema de economía circular, se presentan como una oportunidad. En ese sentido, comentó Carla Salinas, “será muy interesante lo que pasará con los vertederos autorizados porque ellos van a tener materia prima a la mano, lista para revalorizarla”.
En el caso de Río Claro, puntualiza su asesora de proyectos, la planta ubicada en el sector norte de Santiago cuenta con todo en regla a la espera de iniciar el proceso de conversión de la escoria de acero en árido artificial, como también, el del hormigón endurecido de los residuos de demolición y construcción en árido reciclado.
“Nosotros -dijo Salinas- tenemos capacidad, sólo con el árido artificial, de procesar anualmente 120 mil toneladas y esa es una cifra menor para las que se manejan en las plantas de áridos. Ese mismo número lo podemos alcanzar para moler el árido reciclado. En ese sentido, tenemos un proyecto bastante ambicioso con el desarrollo de nuestras instalaciones”.
En esa misma línea, declaró, la empresa entiende “que trabajamos con residuos no peligrosos en ambos casos, cuyos procesos son similares”. En el caso del árido artificial, Salinas explicó que la planta recibe la escoria del acero desde una siderúrgica, la cual es humectada durante todo el proceso, desde la extracción de este residuo hasta la llegada a la planta de reconversión y posterior molienda.
“La escoria pasa a través de un chancador, que se va dimensionando para la granulometría deseada, que en este caso, es del tipo gravilla y arena, que son las principales. Una vez finalizado el proceso de molienda de la escoria y conseguida la granulometría deseada, lo que hacemos es volver a humectar la escoria y a someterla a un tratamiento de envejecimiento para garantizar que el óxido de calcio y de magnesio, que son componentes expansivos, estén bajo norma y de esta forma, garantizar que el árido pueda utilizarse en la mezcla del hormigón”, detalló.
Aunque los procesos para conseguir áridos reciclados de residuos sólidos de la construcción son similares, Carla Salinas comentó que “lo interesante de trabajar con este tipo de árido es que, por ejemplo, con el RCD, este debe venir con un plan de gestión desde el origen. En ese sentido, la norma NCh 3562 es muy ordenada ya que te indica cuál es el residuo sólido inerte y te dice cuál es la posibilidad de valorizarlo”.
Junto con eso, destaca que ya son varias las empresas que están planificando aplicar criterios de economía circular a su gestión de residuos y “muchas ya se están ajustando a la norma NCh 3562, al Plan de Gestión, ya que ven ahí un cambio de modelo de negocios porque al saber cuánto desechas cada semana y qué es valorizable, en una futura obra se puede diseñar a partir de esto y eso lleva a la certificación de vivienda sustentable”.
Por ello, desde Río Claro están a la espera que se apruebe la modificación a la norma NCh 163, que rige a los áridos para morteros y hormigones, la profesional destacó que una vez acontezca ese hecho, la producción de árido artificial y reciclado comenzará de inmediato. “Sale la norma y comenzamos a comercializar los dos tipos de áridos, ya que como te comentaba, estamos haciendo los trámites para ampliar la planta de reciclaje y así, reciclar el residuo inerte de la construcción, que es el hormigón endurecido. Como te mencioné, ya tenemos contacto con constructoras que quieren hacer negocios con esa fracción de RCD”, subrayó la asesor de proyectos.
Créditos de articulo: hormigonaldia.ich.cl